Aquí, como en todos los lugares de México, celebramos el día de muertos de la misma forma: visitas al panteón; desayuno, comida y cena en la tumba; músca para agasajar al difunto o difunta; flores naranjas o amarillas; calaveras de dulce, barro o papel maché; frutas de la temporada; dulces de leche, visnaga, chilacayota y camote cristalizados en azucar; altares de muerto.
Muchos creemos que los muertos no se van, que están aquí en las palabras que aprendimos de ellos, los chistes que alguna vez nos contaron, en la forma de preparar la comida, en cómo caminamos. Los muertos viven a través de nosotros y por eso hay que festejarles y agradecerles la vida heredada.
que bonito es hablar de la muerte asi, con fiesta y jubilo... saludos Chela, me encanta leerte!
ResponderEliminarMe gustó como hablaste de mi abuelito tía Tati.
ResponderEliminarPaula Itzel
Eres sabia hermana. Un abrazo.
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