lunes, 26 de julio de 2010

Verano 2010.

Domingo.
6:00 de la mañana, el ladrido de Mezcal me despertó. El perro, siempre alerta, interrumpió su sueño ligero por el sonido de la puerta del vecino. Todavía dormida salté al pasillo para intentar callarlo.
< ¡Mezcal, Mezcal! ¡Shhh, shhh!> La respuesta del perro es una generosa lamida en los dedos de mis pies. me sigue obediente y contento de poder estirar las patitas. La azotea esta mojada. Siento la humedad y la rugosidad del piso en mis pies, es una sensación agradable. Asomo la cabeza por el balcón para ver el movimiento en la calle, el horizonte tiene un color gris, levemente azulado, distingo a mi vecino que se pierde por la calle Galeana, a pesar de ser un hombre que rebasa la sesentena se mueve con vitalidad, es un personaje curioso, de estatura baja y seño siempre fruncido, nunca mira a la cara cuando te habla, siempre he dudado de los hombres que ladean los ojos hacia otro lado cuando hablan con las mujeres, para mí es un signo de innegable misoginia. De repente recuerdo que el vecino es ROJO con esta reflexión caigo a la cuenta de que es domingo de elecciones.
< ¿Terminaste Mezcal?> Huele rico. Tengo los pies fríos y empiezan a dolerme los talones.
Busco mi cama y me meto debajo de la cobija que todavía esta calientita, concilio el sueño rápidamente.
10:00 de la mañana, en el camino a la panadería la enorme y sonriente cara de uno de los candidatos me sorprende, tiene una sonrisa torva, los ojos abotagados y los labios gruesos, no puedo evitar imaginarlo en una cantina, mientras bebe repasa las nalgas de las mujeres, pensando en todo el dinero que podrían obtener si gana.
14 pesos por dos bolillos y dos panes. otros 10 baros.
Nada relevante en el periódico, las mismas frases, la eterna promesa de democracia y respeto por la “decisión” ciudadana, la invitación para que acudamos a las urnas; puras frases hechas, los mismos lugares comunes, nada nuevo. No dicen, por ejemplo, que en colonias del Oriente están dando sor juanas a cambio de una copia de la credencial de elector, que en las dependencias del gobierno amedrentan a las empleadas y empleados para que voten por tal o cual candidado, no hablan de eso.
Siempre que hay elecciones me acuerdo de mi papá y mi mamá, que nunca faltaron a votar, votaban por el PPS, y cuando el hijo del general se lanzó como candidato también lo apoyaron. A mi papá los rojos nunca lo convencieron, tampoco los azules. De los rojos criticaba su cínica corrupción, de los azules su beata doble moral. Era muy emocionante compartir ese acto de profunda individualidad con papá y mamá; admiraba la digna resistencia de mi padre, el prefirió trabajar antes que comprometer su dignidad; de mi madre siempre me conmovió la solidaridad amorosa que entregaba a su marido, nunca lo critico por no ceder ante los coqueteos del sindicato, ni le reprochó no aceptar las invitaciones de su primo para que se uniera a la Logia y con ello acceder a un mejor sueldo. A punto de llorar cruzo la boleta, la cruzo sin esperanza y eso me duele profundamente, leo los nombres de los candidatos y ninguno me convence, ¿qué paso con el PPS?

Y luego...

Una quiere escribir de cosas "interesantes" esas que escriben los hombres de letras, o de ciencia, o los "científicos sociales". Pero lo malo es que cuando empiezas a escribir resulta que todas las frases ya las usaron otros (as) la mayoría varones.
Después esta el problema del cómo escribir; claro, en la primaria me enseñaron la regla básica para hilar un escrito: del sujeto sigue el verbo y al final el predicado, sobre esa regla suéltese. Pero decidir sobre qué escribir y luego cómo escribir resulta una tarea harto dificil. Podría escribir sobre Aguascalientes, de lo que hay para mí, desde mi mundo, desde mi perspectiva, desde mi mundo vida: mi familia, mis amigos, mi trabajo, mi casa, los olores... ahh los olores, me encantan los olores. Leía que el sentido del olfato es uno de los vehículos para recordar cosas o sucesos del pasado, tienen razón, eso sucede cuando llueve; en una ciudad en la que llueve poco, como la mía, una abre bien las fosas nasales como buscando expandir los pulmones al máximo y con ello apreciar el olor de la tierra mojada, el olor de la lluvia, es como si quisieramos registrar todos los aromas que se desprenden y así evocar durante todo el año las sensaciones registradas, y es que aqui llueve bien poquito y de manera irregular, empieza a llover por ahí de mayo, si bien nos va, pero llueve dos días y nos olvidamos de la lluvia hasta julio, y luego en julio llueve una semana si y dos no y así no la vamos llevando hasta que llega septiembre y deja de llover. Siempre que llueve pienso en vacaciones y en las tardes en la casa con mi mamá escuchando Kalimán junto con mis hemanas, y tejiendo (mis hermanas porque yo nunca aprendí), como no podía estar de ociosa (palabras de mi abuelita), mi mamá me compró un par de aros de bordar ,y ahí estaba aguja estambrera en mano tratando de que el punto de cruz saliera lo mas limpio posible, debo reconcer que aunque mamá se esforzó en mi formación costureril nunca vió una figura terminada por mi. Luego llegaron los libros, eso sucedió cuando mi hermano mayor entró a la universidad y llevó libros a la casa, el primero que leí fue Robinson Crusoe, tenía 9 años, era verano y llovía.

Ahí voy...

Empecé a escribir y algo hice mal porque esta es la tercera vez que me encuentro en la ventanita de Nueva entrada, va de nuez.
Decía, en las dos entradas que nunca verán la luz por mi torpeza de principiante bloggera, que no voy a dar las razones por las cuales escribo, me imagino que son las mismas de todos los que tienen uno. Obviado el paso y las explicaciones del ¿por qué? Escribo un poquin...
35 años menos dos meses. No se me ocurre nada; pensé en escribir sobre Aguascalientes luego digo, el 98% de las personas que lean esto, serán personas de Aguascalientes y que de seguro ya se la saben de todas todas sobre esta ciudad, ejemplos: en días de lluvia intensa como ayer no debes transitar por López Mateos y las callecitas que cruzan con Venustiano Carranza; los domingos las iglesias se atiborran de devotos y de-botas; la gente pudiente vive en el Norte, la gente viejita en el Centro (me hizo gracia leer el comentario de un joven conocido que recien se comprometió al presumir que era uno de los solteros mas cotizados de su calle, pues vive en el centro y tiene como vecinas a puras viejitas) , la clase trabajadora en el Oriente, los cholos en la San Pablo y el Huertón, el Chino en la Palomino, porque el Chino se cuece aparte. Pero bueno una tiene que escribir de lo que conoce, de lo que vive ¿de que puede escribir una mujer que vivió en la misma calle y con sus mamá durante 33 años? Y cuando se mudó se fue a un departamento que se ubica a sólo cuatro calles de la casa de su mamá.