martes, 23 de noviembre de 2010

Según Wikipedia el ESNOB “es una persona que imita con afectación las maneras, opiniones, etc., de aquellos a quienes considera distinguidos o de clase social alta; para aparentar ser igual que ellos. Su plural es «esnobs». Deseosos de pertenecer a la élite, los esnobs tienden a reproducir el comportamiento de una clase social o intelectual la cual consideran superior. Muchas veces, imitan las características de esta clase, ya sea de lenguaje, los gustos, modas y estilos de vida. Al mismo tiempo, tratan con desprecio a los que consideran inferiores”.


En una época de tantas carencias, de tanto dolor provocado por la pobreza deberíamos de tratar de ser menos snobs y más solidarios.

lunes, 1 de noviembre de 2010

Día de muertos en Aguascalientes.

Aquí, como en todos los lugares de México, celebramos el día de muertos de la misma forma: visitas al panteón; desayuno, comida y cena en la tumba; músca para agasajar al difunto o difunta; flores naranjas o amarillas; calaveras de dulce, barro o papel maché; frutas de la temporada; dulces de leche, visnaga, chilacayota y camote cristalizados en azucar; altares de muerto. 

Muchos creemos que los muertos no se van, que están aquí en las palabras que aprendimos de ellos, los chistes que alguna vez nos contaron, en la forma de preparar la comida, en cómo caminamos. Los muertos viven a través de nosotros y por eso hay que festejarles y agradecerles la vida heredada.

lunes, 25 de octubre de 2010

En mi ciudad hay mucha pobreza.



Primero está la pobreza material, desgarradora, triste, frustrante para quien la vive y para quien la observa (no todos), esta pobreza huele a humo de ladrilleras, tiene la fetidez del drenaje mal colocado, huele a perros que mueren flacos en la orilla de la carretera. Cuando los ventarrones llegan, el olor se va y sin la distracción del olor se observan, mejor, las evidencias del olvido, montones de escombro por todas partes, basura, polvo (no sé en otros lugares, pero aquí la constante de la pobreza es el polvo) casas sin terminar, automóviles chatarra, niños descalzos con ojos llorosos y enrojecidos e hijos de otros niños, mujeres tristes que envejecen rápidamente y a los 40 años ya son consideradas viejas e inservibles, abuelos prematuros. El escenario es fácilmente ubicable, aquí todos sabemos a dónde ir si queremos verlo, olerlo, sentirlo.


Luego está la pobreza de espíritu, indefinible, inmedible, sin limitaciones espaciales, pero está ahí, se refleja claramente en nuestra falta de capacidad para decir las cosas de frente, sin miedo, sin expectativas, sólo por el deber ético de decir lo que pensamos y defender lo que creemos. Esta manifestación de la pobreza, se encuentra en todos los niveles, y es quizá la más peligrosa, la que más daña.

lunes, 20 de septiembre de 2010

Ya paso la fiesta por la Independencia y el tan llevado y traído bicentenario, mucho se dijo sobre la forma en cómo se iba a festejear, que si el gobierno se vió muy pichicato, desorganizado y poco visionario en su propuesta para celebrar; otros, los que de a tiro han perdido la esperanza, soltaron toda la hiel y se preguntaban con qué objeto festejamos en este país cada vez más pobre, violento y desigual; otros, de plano, no comentaron nada.
Pues si hubo fiesta, misma que terminó en una especie de bacanal generalizada. En la reducida manzana donde vivo hubo de todo, desde una señora que decidió "reponerse" de la borrachera en el arroyo de la calle y ahí sin más se tiró a echar un coyotito; más adelante, en un edificio vecino, una fiesta, esa si una orgía en toda la extensión de la palabra, donde un par de señores se daban amor  frente a un eufórico público que celebraba cada beso y embestida con las ventanas bien abiertas y a la vista de todos; bolitas de adolescentes en las esquinas que terminaban la fiesta a gritos emulando el "viva México" del gobernador; automóviles que pasaban a muy alta velocidad y a veces en sentido contrario.
De que hubo fiesta, la hubo, ruidosa, con mucho licor de por medio, más de diez minutos de pirotécnia, harta seguridad y gente "mitotera" que venció el miedo y se fue a dar el Grito a la plaza de armas. Aguascalientes y sus más de 600 mil habitantes teníamos ganas de festejar, aunque la verdad no sabíamos muy bien qué, ni por qué y sobre todo no sabíamos para qué. Pero festejamos que chi..., y nos pusimos bien borrachotes, y el tequila inundó las calles de la ciudad, y hubo orgías y señoras que decidieron dormir en el arroyo de la calle y niños y niñas con caritas pintadas con los colores patrios, y padres y madres que trataban que sus hijos no conozcan, todavía, tanta violencia, desigualdad, pobreza, tanta miseria.

sábado, 21 de agosto de 2010

El lunes tuve una discusión con dos compañeras de mi trabajo, discusión cordial, por supuesto, ¿de que otra manera pueden ser las discusiones entre las mujeres? Bueno no siempre la discusiones entre nosotras son de este tipo, aunque, en la medida de lo posible, trato de llevar mis relaciones con otras mujeres en terminos de cordialidad y, si ellas me lo permiten, relacionarnos sororalamente.

En fin, que mientras tomábamos café estas mujeres, mayores de 30 años las dos y ambas muy guapas, comentaban algunas reglas básicas que toda mujer debe tomar en cuenta a la hora de salir con un hombre:

1. Ellos deben pagar. Si es una salida al cine, deberán correr con el costo de las entradas, las palomitas, los chocolates, refrescos y la cena o el café, esto depende de la cantidad de palomitas ingeridas; si nos invitan a bailar, o a dar la vuelta al jardín (si vives en una ciudad de provincia), tal vez un museo (si es un chico "culto") ellos, los varones, deben ser los paganos (o sea los que apoquinen).

2. Deben tratarte como a una "Princesa", lo que se traduce a: nada de palabrotas, ni de chistes en doble sentido, nada de llegar tarde, ni de andar fachoso (que ellas si que se esmeraron en lucir lindas para el), llegar con un ramo de flores o de perdido una rosa, que te abran la puerta del carro, que cada cinco minutos te digan lo afortunados que se sienten de salir contigo, y la última y no menos importante, siempre que salgas con un hombre y camines con el por las aceras, por ningún motivo andarás junto al arroyo de la calle (cuando era niña y salía con mis hermanos mayores ellos en automático me colocaban en ese lugar, el día que pregunté por qué uno de ellos me contestó "porque las mujeres deben estar siempre protegidas por los hombres, y si tu caminas por el otro lado van a pensar que te estoy ofreciendo". Sin palabras.)

3. Deben tener automóvil, el signo indiscutible de que ese hombre es un triunfador ya que "todo hombre mayor de treinta años que no tenga carro es un fracasado", así lo dijo, con todas sus letras, una de ellas.

No tuvieron oportunidad de continuar enunciando sus reglas porque justo en ese momento recordé que yo nunca he salido con un hombre con automóvil propio. Cuando lo dije en voz alta ellas se quedaron muy serias y sorprendidas. Entonces pensé que a los ojos de ellas yo también era una fracasada pues había salido con perdedores (es decir, con unos Sin Coche). Luego les dije que jamás he tenido una cita en donde el pague todo, bueno una vez pero la verdad me sentí tan incómoda que a la mañana siguiente lo invité a desayunar. Una de ellas en tono francamente molesto me preguntó ¿o sea (es una chica muy fresa), pero si te gusta que te regalen flores? Francamente mortificada por el temor de ser juzgada de poco femenina contesté que si, que las flores eran otra cosa, que me encantaban (omití, por vergüenza, que las flores las he recibido de otras mujeres, amigas, hermanas, de mi mamá, y de un Sin Coche que un día llego a buscarme con un nardo, hermosisimo, que cortó del jardín de un vecino). Después de reprenderme por mi comportamiento poco principesco cada una regresó a sus labores.

Ya en mi escritorio y mientras revisaba algunos correos recordaba la platica y mi reacción de adolescente ante los cuestionamientos de ellas. Automáticamente hice las paces conmigo y con mis desiciones de vida. Claro que sería muy cómodo guardar mi dinero y esperar a que ellos paguen siempre, no lo hice y no lo haré porque, para mi, eso es ceder un poco ese pedacito de libertad que las mujeres hemos logrado al tener autonomía económica; me arrepenti de no decirles lo bien que se siente recibir flores de las otras, de mis iguales, de mis hermanas; del profundo respeto que siento por los hombres que se atreven a vivir de forma diferente, que no se sienten fracasados por no manejar un automóvil propio y por salir con una mujer que paga su parte de la cuenta. No se los dije, se los digo ahora, y las invito a que se atrevan a vivir un sueño diferente en donde sean mujeres autónomas, libres, respuetuosas de su individualidad y alejadas de estereotipos pensados por otros.

lunes, 26 de julio de 2010

Verano 2010.

Domingo.
6:00 de la mañana, el ladrido de Mezcal me despertó. El perro, siempre alerta, interrumpió su sueño ligero por el sonido de la puerta del vecino. Todavía dormida salté al pasillo para intentar callarlo.
< ¡Mezcal, Mezcal! ¡Shhh, shhh!> La respuesta del perro es una generosa lamida en los dedos de mis pies. me sigue obediente y contento de poder estirar las patitas. La azotea esta mojada. Siento la humedad y la rugosidad del piso en mis pies, es una sensación agradable. Asomo la cabeza por el balcón para ver el movimiento en la calle, el horizonte tiene un color gris, levemente azulado, distingo a mi vecino que se pierde por la calle Galeana, a pesar de ser un hombre que rebasa la sesentena se mueve con vitalidad, es un personaje curioso, de estatura baja y seño siempre fruncido, nunca mira a la cara cuando te habla, siempre he dudado de los hombres que ladean los ojos hacia otro lado cuando hablan con las mujeres, para mí es un signo de innegable misoginia. De repente recuerdo que el vecino es ROJO con esta reflexión caigo a la cuenta de que es domingo de elecciones.
< ¿Terminaste Mezcal?> Huele rico. Tengo los pies fríos y empiezan a dolerme los talones.
Busco mi cama y me meto debajo de la cobija que todavía esta calientita, concilio el sueño rápidamente.
10:00 de la mañana, en el camino a la panadería la enorme y sonriente cara de uno de los candidatos me sorprende, tiene una sonrisa torva, los ojos abotagados y los labios gruesos, no puedo evitar imaginarlo en una cantina, mientras bebe repasa las nalgas de las mujeres, pensando en todo el dinero que podrían obtener si gana.
14 pesos por dos bolillos y dos panes. otros 10 baros.
Nada relevante en el periódico, las mismas frases, la eterna promesa de democracia y respeto por la “decisión” ciudadana, la invitación para que acudamos a las urnas; puras frases hechas, los mismos lugares comunes, nada nuevo. No dicen, por ejemplo, que en colonias del Oriente están dando sor juanas a cambio de una copia de la credencial de elector, que en las dependencias del gobierno amedrentan a las empleadas y empleados para que voten por tal o cual candidado, no hablan de eso.
Siempre que hay elecciones me acuerdo de mi papá y mi mamá, que nunca faltaron a votar, votaban por el PPS, y cuando el hijo del general se lanzó como candidato también lo apoyaron. A mi papá los rojos nunca lo convencieron, tampoco los azules. De los rojos criticaba su cínica corrupción, de los azules su beata doble moral. Era muy emocionante compartir ese acto de profunda individualidad con papá y mamá; admiraba la digna resistencia de mi padre, el prefirió trabajar antes que comprometer su dignidad; de mi madre siempre me conmovió la solidaridad amorosa que entregaba a su marido, nunca lo critico por no ceder ante los coqueteos del sindicato, ni le reprochó no aceptar las invitaciones de su primo para que se uniera a la Logia y con ello acceder a un mejor sueldo. A punto de llorar cruzo la boleta, la cruzo sin esperanza y eso me duele profundamente, leo los nombres de los candidatos y ninguno me convence, ¿qué paso con el PPS?

Y luego...

Una quiere escribir de cosas "interesantes" esas que escriben los hombres de letras, o de ciencia, o los "científicos sociales". Pero lo malo es que cuando empiezas a escribir resulta que todas las frases ya las usaron otros (as) la mayoría varones.
Después esta el problema del cómo escribir; claro, en la primaria me enseñaron la regla básica para hilar un escrito: del sujeto sigue el verbo y al final el predicado, sobre esa regla suéltese. Pero decidir sobre qué escribir y luego cómo escribir resulta una tarea harto dificil. Podría escribir sobre Aguascalientes, de lo que hay para mí, desde mi mundo, desde mi perspectiva, desde mi mundo vida: mi familia, mis amigos, mi trabajo, mi casa, los olores... ahh los olores, me encantan los olores. Leía que el sentido del olfato es uno de los vehículos para recordar cosas o sucesos del pasado, tienen razón, eso sucede cuando llueve; en una ciudad en la que llueve poco, como la mía, una abre bien las fosas nasales como buscando expandir los pulmones al máximo y con ello apreciar el olor de la tierra mojada, el olor de la lluvia, es como si quisieramos registrar todos los aromas que se desprenden y así evocar durante todo el año las sensaciones registradas, y es que aqui llueve bien poquito y de manera irregular, empieza a llover por ahí de mayo, si bien nos va, pero llueve dos días y nos olvidamos de la lluvia hasta julio, y luego en julio llueve una semana si y dos no y así no la vamos llevando hasta que llega septiembre y deja de llover. Siempre que llueve pienso en vacaciones y en las tardes en la casa con mi mamá escuchando Kalimán junto con mis hemanas, y tejiendo (mis hermanas porque yo nunca aprendí), como no podía estar de ociosa (palabras de mi abuelita), mi mamá me compró un par de aros de bordar ,y ahí estaba aguja estambrera en mano tratando de que el punto de cruz saliera lo mas limpio posible, debo reconcer que aunque mamá se esforzó en mi formación costureril nunca vió una figura terminada por mi. Luego llegaron los libros, eso sucedió cuando mi hermano mayor entró a la universidad y llevó libros a la casa, el primero que leí fue Robinson Crusoe, tenía 9 años, era verano y llovía.

Ahí voy...

Empecé a escribir y algo hice mal porque esta es la tercera vez que me encuentro en la ventanita de Nueva entrada, va de nuez.
Decía, en las dos entradas que nunca verán la luz por mi torpeza de principiante bloggera, que no voy a dar las razones por las cuales escribo, me imagino que son las mismas de todos los que tienen uno. Obviado el paso y las explicaciones del ¿por qué? Escribo un poquin...
35 años menos dos meses. No se me ocurre nada; pensé en escribir sobre Aguascalientes luego digo, el 98% de las personas que lean esto, serán personas de Aguascalientes y que de seguro ya se la saben de todas todas sobre esta ciudad, ejemplos: en días de lluvia intensa como ayer no debes transitar por López Mateos y las callecitas que cruzan con Venustiano Carranza; los domingos las iglesias se atiborran de devotos y de-botas; la gente pudiente vive en el Norte, la gente viejita en el Centro (me hizo gracia leer el comentario de un joven conocido que recien se comprometió al presumir que era uno de los solteros mas cotizados de su calle, pues vive en el centro y tiene como vecinas a puras viejitas) , la clase trabajadora en el Oriente, los cholos en la San Pablo y el Huertón, el Chino en la Palomino, porque el Chino se cuece aparte. Pero bueno una tiene que escribir de lo que conoce, de lo que vive ¿de que puede escribir una mujer que vivió en la misma calle y con sus mamá durante 33 años? Y cuando se mudó se fue a un departamento que se ubica a sólo cuatro calles de la casa de su mamá.