Hace poco leì un texto de un extranjero que vivió en mi país, era un escrito bastante crítico sobre la sociedad mexicana. El motivo de su publicación era la muerte del hijo del poeta Javier Sicilia, y en el planteaba que en México permea una especie de discriminación por clase, tuvo que morir el hijo de un poeta famoso para que ciertos grupos intelectuales se agruparan y lanzaran una fuerte protesta sobra la violencia en México. No tengo los argumentos para saber si es cierto y si todas esas personas que se manifestaron abiertamente en contra de la violencia, se manifestaron también cuando fue asesinada la activista Marisela Escobedo, por ejemplo. Sin embargo, me resisto a pensar que en México sea creencia generalizada aquello de lo "que en el rico es gusto, en el pobre es borrachera", creo que todas las personas que se manifestaron lo hicieron con la esperanza de que ocurra un cambio.
Lo que si sé es que en este país tenemos miedo. Este temor que habita en nuestro imaginario social no es de ahorita, es un miedo que tal vez hemos cargado a lo largo de muchas generaciones, se descubre ante nosotras y ellos en situaciones cotidianas. También estoy segura de que muchas mujeres y hombres estan cansados de vivir en el miedo, de tragarse el coraje de ver los abusos de los poderosos, estoy segura de que pueden ser mas elocuentes que muchos que viven de la palabra escrita, ellos y ellas viven a diario el coraje, la frustración. Cuando veo las manifestaciones de rabia y dolor de los padres y madres que han experimentado la perdida brulal de sus hijos, me siento profundamente conmocionada y pienso, no tienen nada mas que perder porque todo les ha sido arrebatado, ellos han perdido el miedo. ¿Tenedremos que sufrir una perdida tan devastadora para decidirnos a hacer algo?