6:00 de la mañana, el ladrido de Mezcal me despertó. El perro, siempre alerta, interrumpió su sueño ligero por el sonido de la puerta del vecino. Todavía dormida salté al pasillo para intentar callarlo.
< ¡Mezcal, Mezcal! ¡Shhh, shhh!> La respuesta del perro es una generosa lamida en los dedos de mis pies.
< ¿Terminaste Mezcal?> Huele rico. Tengo los pies fríos y empiezan a dolerme los talones.
Busco mi cama y me meto debajo de la cobija que todavía esta calientita, concilio el sueño rápidamente.
10:00 de la mañana, en el camino a la panadería la enorme y sonriente cara de uno de los candidatos me sorprende, tiene una sonrisa torva, los ojos abotagados y los labios gruesos, no puedo evitar imaginarlo en una cantina, mientras bebe repasa las nalgas de las mujeres, pensando en todo el dinero que podrían obtener si gana.
14 pesos por dos bolillos y dos panes.
Nada relevante en el periódico, las mismas frases, la eterna promesa de democracia y respeto por la “decisión” ciudadana, la invitación para que acudamos a las urnas; puras frases hechas, los mismos lugares comunes, nada nuevo. No dicen, por ejemplo, que en colonias del Oriente están dando sor juanas a cambio de una copia de la credencial de elector, que en las dependencias del gobierno amedrentan a las empleadas y empleados para que voten por tal o cual candidado, no hablan de eso.
Siempre que hay elecciones me acuerdo de mi papá y mi mamá, que nunca faltaron a votar, votaban por el PPS, y cuando el hijo del general se lanzó como candidato también lo apoyaron. A mi papá los rojos nunca lo convencieron, tampoco los azules. De los rojos criticaba su cínica corrupción, de los azules su beata doble moral. Era muy emocionante compartir ese acto de profunda individualidad con papá y mamá; admiraba la digna resistencia de mi padre, el prefirió trabajar antes que comprometer su dignidad; de mi madre siempre me conmovió la solidaridad amorosa que entregaba a su marido, nunca lo critico por no ceder ante los coqueteos del sindicato, ni le reprochó no aceptar las invitaciones de su primo para que se uniera a la Logia y con ello acceder a un mejor sueldo. A punto de llorar cruzo la boleta, la cruzo sin esperanza y eso me duele profundamente, leo los nombres de los candidatos y ninguno me convence, ¿qué paso con el PPS?